Me Siento Penosamente Perdido,
En un Cruce de Caminos,
Donde sus pocos Senderos,
Empiezan y Terminan,
Sin ningún Destino.
Me Siento Profundamente Anclado,
En esta Vida sin Sentido,
Donde el Imparable Tiempo,
Corre en Mi Reloj a Contrasentido.
No hay Brújula en Mi Caminar,
Ni Guía que me Acompañe,
En esta imperturbable Soledad,
Que es el Tiempo Insondable.
Solo ...
Me Siento Solo.
No Amado,
No Querido,
Herido de Muerte;
y Abandonado a Mi Suerte.
Rebuscando el Por Que ...
El Amor Odia Mi Vida;
y Arremete Cruelmente,
Carcajeándose Sarcásticamente,
En el Abismo de Mi Mente.
Observo a Otros,
Que apenas Nada deben de hacer,
Para a su lado tener,
El Cariño y el Afecto de una Mujer.
Yo sin embargo estoy Maldecido,
A Nunca tener,
Alguien que pueda darme,
Un Poquito de Querer.
Desconozco que es el Amor,
Dirigido a Mi,
Solo conozco aquel,
Que hay dentro de Mi.
Pero no tengo a Nadie a quien dar,
y mucho menos de Quien Recibir.
Olvidado por la Vida,
Olvidado por el Amor,
Olvidado por los Astros,
y por la Mano de Dios.
En esta Fría y Lúgubre Noche,
Yo me paro a Relatar,
El Verdadero Significado,
De la Triste Soledad.
Aveces Envidio Aquellos,
Que han sabido encontrar,
Un hombro donde Apoyarse,
En este Difícil Caminar.
Un Camino de Piedras,
Que hacen Yagas en Mis Pies al Andar,
y que Enjuago con las Lagrimas,
Que ves de Mis Ojos Brotar.
Pido de Rodillas Suplicando al Cielo,
Que Permita a Mi Sonrisa Salir,
y me deje Caminar con la Cabeza Bien Erguida,
Que Nadie Vea Mi Sufrir,
Ni Sangrar por Mis Heridas.
Rezo y Suplico a Dios,
Que se Apiade de Mi Alma,
y me deje de Martirizar,
Que me Libre de esta Miserable Maldición,
Que es y a sido Vivir ...
En Mi Soledad.
